Comerciantes y vecinos en general se unieron ayer en Colonia para manifestarse debido a la inseguridad que ellos consideran se vive hoy en el departamento. Hubo una importante adhesión a esta convocatoria, colocándose en los comercios banderas nacionales y moños amarillos.
Sobre las 17.30 los comercios cerraron sus puertas realizándose una extensa caravana por las principales calles de la ciudad, nucleándose luego en la explanada de la Intendencia donde se entonó el Himno Nacional, leyéndose una proclama dirigida a todas las autoridades nacionales y departamentales que decía:
“La ciudadanía coloniense, reunida en la plaza pública sin distinción de pertenencias partidarias, religiosas, género, nacionalidades, profesiones, ni ocupaciones expresamos que:
La gran preocupación y alarma por el deterioro de la seguridad pública en nuestra ciudad que ha vivido en los últimos días una cantidad de hechos muy graves a los que no estamos acostumbrados en esta localidad, una de las más tranquilas y seguras del país. Hemos sufrido copamientos en pleno día, varios asaltos a mano armada el mismo día a comercios, hogares y repartidores callejeros además de las rapiñas cotidianas de larga data. Este abrupto incremento de la delincuencia y la amenaza de que Colonia se convierta en otra plaza dominada por los delincuentes como ya sucede en muchas ciudades del Uruguay ha incrementado el temor a circular, a caminar en vía pública después del atardecer, incluso durante el día, a realizar cualquier actividad que implique desplazarse con dinero u otros valores, a permanecer en nuestras viviendas sin tomar notorias medidas de defensa.-
Siendo esta problemática más tardía aquí que en otros lugares del país, tenemos claro cuál es el futuro que nos espera si no se toman medidas contundentes para evitar males mayores. Y que si se actúa rápidamente se podrá exterminar el mal antes de que crezca a niveles incontrolables.-
Lamentablemente, la realidad del Uruguay nos muestra que el problema de la Seguridad Pública se ha agravado en todo el país a pesar de los reclamos ciudadanos, incluso por situaciones mucho más graves que las nuestras. Y que el Estado por medio de las instituciones que lo componen no ha sido capaz de revertir la ocurrencia de los delitos, sino que los mismos se incrementan permanentemente en forma exponencial. La consecuencia es que los ciudadanos viven angustiados y con miedo y los delincuentes “disfrutan” de las mejores condiciones imaginables para crecer y prosperar beneficiados por leyes permisivas y políticas que les permiten el más amplio accionar. En Uruguay los delincuentes no le tienen miedo a la Policía, ni al sistema judicial, ni al encarcelamiento, en cambio los ciudadanos sí tienen miedo a la delincuencia y el Estado mira para otro lado y se desentiende de su responsabilidad.-
DENUNCIAMOS entonces la rotura y el incumplimiento del contrato cívico, civil y social que vincula al Estado con sus ciudadanos mediante el cual los últimos ceden el uso de la fuerza para su legítima defensa y pagan impuestos al primero para poder desarrollar sus actividades en paz y seguridad. Los ciudadanos pagamos cada vez más impuestos y el Estado nos brinda cada vez menos seguridad, permitiendo por omisión el caos y el deterioro de la calidad de vida en todas las actividades que se desarrollan”.